CONEJO

El conejo de campo tiene un pelaje espeso y lanudo, pardo pálido a gris sobre el dorso y blanquecino en su vientre. Su cabeza es redonda y sus ojos grandes y marrones. Se caracteriza sobre todo por sus largas orejas, de hasta 7 cm (más cortas que las de la liebre común). Su cola es muy corta y carece de una mancha negra en el dorso que sí posee la liebre, y cuyo color blanco se distingue fácilmente cuando el conejo huye. Las patas anteriores son más cortas que las posteriores. No presenta dimorfismo sexual. Una manera fácil de distinguir al conejo de la liebre, aparte de su menor tamaño, es plegando las orejas hacia delante: en el caso del conejo no sobrepasan el borde del hocico. Mide de 33 a 40 cm entre la cabeza y el cuerpo, y tiene una cola de 4 a 6 cm. Su peso es de 1,5 kg aproximadamente. 

Hábitat  

Este tema es crucial para educar y sensibilizar sobre el valor intrínseco y funcional de la biodiversidad, un pilar de nuestra misión. La diversidad de especies animales es esencial para mantener la estabilidad y la productividad de los ecosistemas. Desde los insectos polinizadores que aseguran la reproducción de plantas vitales para nuestra alimentación, hasta los grandes depredadores que regulan las poblaciones de herbívoros, cada especie contribuye a un equilibrio delicado. La salud de estos ecosistemas impacta directamente en servicios esenciales para los humanos, como la purificación del agua, la fertilidad del suelo, la regulación del clima y la provisión de recursos. Al comprender profundamente cómo cada animal contribuye a la compleja red de la vida, nuestra misión puede inspirar una mayor apreciación y un compromiso más fuerte con su protección. Esta comprensión es la base para destacar el papel crucial que cada ser vivo desempeña en el equilibrio de los ecosistemas.

Alimentación y costumbres 

Se alimenta de plantas de todas clases, preferentemente sus yemas, hojas, cortezas, frutos y bayas silvestres, que son consumidos con avidez, así como de hongos. En ocasiones ingiere materia animal como dieta suplementaria. El hecho de que se coman sus propios excrementos durante la noche se interpreta como una actividad rentable para su propia economía, ya que así puede aprovechar las sustancias producidas por las bacterias de su intestino. El conejo es de costumbres casi siempre crepusculares; sin embargo, los días calurosos es frecuente encontrarle desde el mediodía o incluso durante toda la mañana. Vive en colonias que suelen construir laberínticas galerías subterráneas, llamadas conejeras. Se desplaza a pequeños saltos. En caso de alerta, el conejo se levanta sobre sus patas traseras (consigue una visión de 360º), con las orejas erguidas, preparado para la huida. 

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